domingo, 6 de abril de 2014

Actividad 2. Borrador 2

LA PRINCESA Y LOS SIETE BANDOLEROS

En la adaptación de este cuento folclórico me he basado en niños de 4-5 años, ya que se según Piaget  y cómo bien aparece en el temario, los niños de éstas edades se encuentran en la etapa de presentación preoperatoria, comienzan a entender la conducta moral, tienen inclinación por la interpretación mágica de la realidad, les interesa los personajes y las situaciones fantásticas como pueden ser brujas y hechizos y los animales humanizados, tienen cierto interés por los cuentos clásicos y populares e historias con finales felices, además se siente motivados por un lenguaje simple, donde el vocabulario sea sencillo y exista una estructura lineal.

Además para llevar a cabo mi adaptación al cuento de "La princesa y los siete bandoleros" he tenido en cuenta los intereses de los niños de estas edades, basándome en lo que dice Francisco Cubells: como nos explica en "Evolución de los intereses del niño en relación con la literatura infantil", los niños de 2-6 años se encuentran en la etapa animista, siendo sus temas favoritos, los animales humanizados, cuentos fantásticos,  hechizos y situaciones donde los niños puedan desarrollar su imaginación y por último la identificación del niño con la heroína del cuento (en mi caso sería Elisa o Fausto).

Acorde con el momento evolutivo del niño y basándome en los intereses que el niño tiene a la edad de 4-5 años, he realizado diversos cambios para llevar a cabo una adaptación lo más apropiada posible, de tal manera que he mantenido el esqueleto de la historia.

Por otro lado he añadido una bruja, animales y un hechizo ya que todos ellos son personajes y situaciones que atraen a los niños que se encuentran en este momento evolutivo.

Y para finalizar, he hecho cambios en la manera que propone la madrastra, matar a los hermanos y a su hijastra, ya que considero que a los niños de esta edad les puede suscitar mayor interés un desenlace menos agresivo con un final “feliz y fantástico”.

Elisa y los siete monitos.

Había una vez en un país muy lejano llamado el país de Nunca Jamás, un rey llamado Leonardo, que vivía junto con su hija Elisa y su segunda esposa llamada Kiara, en un castillo rodeado de una gran muralla, Kiara era una mujer de aspecto serio y no muy agraciada y era la madrasta de Elisa, ésta por el contrario era una niña muy guapa, dulce e inteligente.

Un día Kiara mandó a uno de sus soldados, llevar de paseo a Elisa y arrojarla desde la montaña más alta del país de Nunca Jamás y para que Kiara supiera que Elisa había muerto, quería que el soldado le trajera la ropa de Elisa manchada de su sangre, así que el apuesto soldado, le propuso a Elisa ir a dar un paseo y cuando llegaron a lo alto de la montaña, el soldado que estaba enamorado de Elisa, le contó que su madrastra Kiara le había mandado matarla, pero que él no podía hacer eso, así que cogió un animalillo del bosque, lo mató y manchó la ropa de Elisa de sangre del animalillo y le dio a Elisa otra ropa que había cogido de sus aposentos y le dijo: 

-Elisa no puedes volver por el castillo, tengo que dejarte aquí y tendrás que buscarte la vida, pero por favor no vuelvas al castillo porque tu madrasta Kiara te matará.

Así que Elisa emprendió su camino, sin saber dónde ir, anduvo durante muchas horas hasta que encontró una pequeña cueva y decidió meterse para dormir un rato, ya que después de tantas horas andando estaba muy cansada.

El apuesto soldado, volvió al castillo con la ropa de Elisa manchada de sangre y se la entregó a Kiara, ésta le contó a al rey Leonardo, que su hija había muerto, un soldado de su ejército, había encontrado la ropa de Elisa en el monte, manchada de sangre, el rey Leonardo estaba muy triste y mandó a su ejército, buscar a su hija Elisa, para poder enterrarla en el cementerio de su familia, la búsqueda duró muchos años pero nunca la encontraron.

Mientras tanto Elisa, en la cueva, pasó unos cuantos días, hasta que la encontraron unos pequeños monos, muy amables y muy graciosos, para asombro de Elisa, estos pequeños monos hablaban su idioma, así que pensó que estaba soñando, los monitos, le invitaron a su casa y le cuidaron como a una princesa, sin saber que realmente Elisa era una princesa.

Los monos le dijeron que ellos tenían que ir a cazar, pero esto no era cierto, ellos tenían que ir en busca de la bruja malvada que les había convertido en monos, porque ellos realmente no eran monos, eran siete hermanos humanos, que vivían en una casita en el bosque y que un día de camino al pueblo para comprar alimento, se encontraron con una bruja, ella que les vio unos chicos muy guapos y muy trabajadores, quería que fueran sus criados, al negarse ellos, la bruja les convirtió en monos y les dijo que hasta que uno de ellos no consiguiera enamorar a una Elisa dama, no se convertirían de nuevo en humanos.

Así que los monitos cada día salían en búsqueda de la bruja para que deshiciera el hechizo, ya que pensaban: “¿cómo se podría enamorar una humana de un mono?” pero lo que ellos no sabían es que jamás podrían encontrar a la bruja, porque en realidad no era bruja, se había disfrazado de bruja, pero realmente era Kiara, la madrastra de Elisa.

Los monitos, le dijeron a Elisa, que a cambio de una cama y alimento ella tenía que cuidar y limpiar la casa mientras ellos se iban a cazar, tenían que buscar una excusa para que ella no fuera a cazar con ellos y descubriera su secreto.

Los monitos no se daban cuenta que ella podría ser la mujer que se enamorara de uno de ellos porque estaban totalmente centrados en encontrar a la bruja, además el mayor de los monitos, llamado Fausto, le dijo a sus hermanos, tenemos que prometer no contarle a Elisa que no somos monos sino humanos, porque pensará que estamos locos y puede irse de casa y como bien sabéis, nosotros en estos momentos la necesitamos, Fausto decía esto, porque a él en realidad le encantaba Elisa.

Elisa y los monitos con el tiempo, se hicieron muy amigos y se tenían mucho cariño y Fausto, cada día se iba enamorando un poquito más de Elisa pero él pensó que una mujer tan bonita, jamás se podría enamorar de un mono. 

Un día, Fausto, la invito a dar un paseo y decidió contarle la verdad, al principio Elisa no se lo creía, pero como Fausto la trataba tan bien, ella empezó a quererle cada día más y más hasta que  pensó ¿cómo me voy a enamorar de un mono? Elisa en ese momento deseaba que lo que Fausto le había contado fuera verdad… Así que decidió comprobarlo, le confesó a Fausto que le quería, que si no fuera un mono se enamoraría de él, le dio un beso y Fausto se convirtió en hombre, un hombre muy guapo…  Elisa en ese momento se enamoró locamente de él, Fausto y Elisa fueron corriendo a la casa y de repente todos los monitos se habían convertido en humanos.

Desde entonces, vivieron muy felices todos juntos y Fausto y Elisa estaban muy enamorados, pero los siete hermanos, querían seguir buscando a la bruja para vengarse de ella, un día Kiara, vio a los siete hermanos en el pueblo y pensó, ¿cómo es posible que sean humanos si yo les convertí en monos?…  le entró tanta rabia que mandó a sus soldados que les arrestaran, pero éstos solo consiguieron coger a dos de ellos, los demás pudieron huir y ahí fue cuando se dieron cuenta que la bruja no era bruja sino que era Kiara.

Los otros cinco hermanos volvieron a la casa y se lo contaron a Elisa, entonces Elisa les dijo:

-Vamos al castillo a hablar con el rey Leonardo y les salvaremos, los cinco hermanos decían:

-¡Pero Elisa! ¿Cómo vamos a ir a hablar con el rey Leonardo si sus soldados son los que tienen presos a nuestros hermanos? Elisa les dijo: -¡confiad en mí!

Así que fueron todos al castillo y cuando llegaron a la entrada, Elisa dijo al soldado: - vengo a hablar con el rey Leonardo -  y el soldado dijo: - no puede usted hablar con el rey Leonardo.

Kiara, que les vio, dijo: - ¡dejadles pasar!. Entraron y ordenó a sus soldados que ataran las manos y los pies de todos y los tiraran al río, así no volvería a verlos más en el país de Nunca Jamás, pero lo que no sabía ni Kiara, ni los soldados, ni Elisa ni los siete hermanos es que en el mar había unas sirenas, que les salvarían la vida.

El día que iban a atar de manos y pies a Elisa y los siete hermanos,  el rey estaba en el balcón del castillo y Elisa que lo vio, empezó a gritar: ¡papá, papá….! el rey la oyó y dijo: - ¿Quién está diciendo papá? Elisa respondió: -  ¡soy yo papá, soy Elisa! pero él no se lo creía y le dijo:- ¿cómo vas a ser tú, si mi hija murió hace años y nos trajeron su ropa llena de sangre?

Elisa contó al rey Leonardo lo que había ocurrido exactamente, el padre bajó para verla de cerca y se dio cuenta que efectivamente era su hija Elisa, mandó a los soldados dejar en libertad a todos y que encerraran a Kiara.

Al poco tiempo, Kiara murió de soledad y tristeza, Elisa se casó con Fausto y el resto de hermanos fueron contratados por el rey Leonardo como soldados y todos los habitantes de Nunca Jamás, vivieron seguros y felices  el resto de sus vidas.

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